Si tienes una idea de negocio que puede funcionar en forma de aplicación, aquí te planteamos una serie de consejos para su diseño. Lo más importante es que resuelva una necesidad concreta, con un diseño de interfaz fácil de usar, estudiar el cómo se relacionan los usuarios con ella y medir sus resultados para mejorarla, por supuesto con el objetivo de llegar al número máximo de descargas y mantenerla.
Crear una app cuesta entre 5.000 y 20.000 euros si la hace un tercero, hay que desarrollarla en dos plataformas (Android e iOS, las principales), distribuirla en las tiendas de aplicaciones de cada país y mantenerla.
Lo primero de todo es plantearse si para nuestro negocio es mejor una app o, no vamos más allá de una página web. Hoy día casi todo el mundo lleva TODO en el móvil, como si fuesen funcionalidades nativas del móvil, por eso el problema es manejar las expectativas de la gente, hay que dejarle al usuario muy claro lo que va a encontrar en nuestra aplicación, y dejarle la funcionalidad y guía lo más intuitiva posible, habrá quizás alguna app similar, pero debemos despuntar en porqué la nuestra es la mejor.
Ahorra al usuario crear una cuenta, ya que el social login no gusta a algunos usuarios avanzados por cuestiones de privacidad, así que valora combinar esta opción con facilitar el registro a través de Facebook u otra red social. Diferencia tu diseño y plataforma, la primera pantalla es fundamental, hay que ir al grano, porque la decisión de quedarse o abandonar la app es instantánea para el que se la descarga, e igual que en una web, fija objetivos y analiza lo que pasa dentro de tu app, por dónde se mueven los usuarios y cuántos hacen lo que tú quieres que hagan, para ello, todos esos datos te los dan herramientas como Google Mobile Analytics o Flurry. A base de medir, tomas acciones.
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