El encarecimiento de la financiación golpeará a las empresas por una doble vía
28 de enero de 2017
El encarecimiento de la financiación golpeará a las empresas por una doble vía
Los tipos subirán este año, pero también lo hará la prima que se paga sobre ellos.
Que la rentabilidad de la deuda cotizada va a subir no es un secreto para nadie. Los bonos corporativos llevan encareciéndose por una mayor tensión sobre los tipos de interés desde que Donald Trump ganó las elecciones a la presidencia de Estados Unidos e incluso desde antes, cuando comenzaron los rumores sobre la posible moderación del ritmo de compra de activos por parte del Banco Central Europeo.
La previsión es que siga evolucionando al alza. La Reserva Federal estadounidense ha comenzado el camino de subida de los tipos de interés oficiales y, aunque en Europa este movimiento no está en ningún horizonte visible, el efecto contagio no se ha hecho esperar, a lo que se suman previsiones más halagüeñas de crecimiento para el Viejo Continente y el repunte de la inflación.
Eso implica un mayor coste para las empresas que acudan al mercado de bonos para financiarse. Pero el impacto no va a llegar solo por la vía de los tipos de interés. En una emisión, hay otro factor que pondera en el precio final: el diferencial que las compañías tienen que pagar sobre el tipo de interés de referencia (el mid-swap, en su caso). Y ese factor también se va a encarecer.
«Los diferenciales van a subir este año para las compañías españolas y europeas, impactados por la volatilidad que hay en el mercado», señala un directivo de un banco de inversión. «Las incertidumbres, sobre todo políticas, a las que se enfrenta Europa en los próximos meses van a tener un efecto en los precios de la financiación», añade.
Pero la incertidumbre no será el único elemento desestabilizador. Los diferenciales han estado durante 2016 artificialmente bajos por el impacto del plan de compra de bonos corporativos del BCE y este efecto comenzará a diluirse poco a poco, según varias fuentes financieras. Sobre todo, porque el banco central ha comenzado ya a reducir el peso de las adquisiciones en este segmento y porque lo hará más a partir de abril, cuando el montante global del programa se rebaje de los 80.000 millones de euros mensuales actuales a 60.000 millones, en lo que el mercado ha comenzado a denominar el tapering encubierto de Mario Draghi.
«Hace mucho tiempo que los diferenciales de los bonos corporativos no son reales», explica una fuente del mercado.
Una vida más cara
La duda que queda es cuáles son los diferenciales que deberían pagar las empresas en condiciones no manipuladas y cómo evolucionarán este año. Los analistas de Citi y de Bank of America Merrill Lynch (BofA) han intentado responder a ello y han puesto cifras a sus previsiones para el universo corporativo europeo. Cada banco de inversión ha hecho sus números y las conclusiones son diferentes, pero los dos concuerdan en un punto: la vida será más cara para las empresas a partir de ahora.
La previsión más elevada es la de Citi. La entidad estadounidense calcula que el diferencial para los bonos de las empresas más solventes (las que tienen el grado de inversión) escalará hasta los 110 puntos básicos a finales de año, lo que supone una subida del 36%. Para las compañías high yield el incremento previsto será menor: del 23,5%, hasta los 400 puntos básicos.
Bank of America es más contenido en sus estimaciones. Sus analistas prevén un encarecimiento de los diferenciales del 25% para las empresas con grado de inversión y del 15% para las que no llegan a él (high yield).
Las rentabilidades de los bonos siguen estando muy cerca de sus mínimos históricos, así que en el mercado se considera que ni la subida de los diferenciales ni la de los tipos de interés llevarán los precios a cotas inaccesibles, al menos por ahora. Y para las empresas, el impacto será gradual, ya que sus costes de financiación no se verán afectados hasta que no emitan a los nuevos precios e incluso en ese momento el proceso irá poco a poco, según tengan que ir renovando su deuda.
Pero eso no quiere decir que las empresas no estén intentando evitar o retrasar esa subida todo lo posible. De ahí el fuerte volumen de emisión que está habiendo en España y en Europa en este arranque de año, en previsión de que, según vayan pasando los meses, los precios ya no sean los mismos
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